La dictadura estética

Les pregunté a algunas mujeres si les gustaban los hombres con pelos en la espalda. Todas me dijeron que no. Les pregunté entonces, si alguna le sugeriría a un hombre con pelos en la espalda que se depilase. Todas dijeron que no, por distintas razones: Es problema de él, no le importa tanto, si el tipo es bueno... etc.

Les pregunté a la misma cantidad de hombres si saldrían con una mujer que no se depilara y todos fueron categóricos: No.

Contraataqué con los argumentos que me dieron las mujeres para no decirle a los hombres que se depilen:

¿Y si es buena? ¿Y si no puede depilarse por salud? ¿Y si a ella no le gusta?

No hubo manera.

Argumentos masculinos para imponer la depilación femenina:

- La mujer es la belleza. Una mujer peluda no es bella.

-Da aspecto de suciedad y descuido.

-¡Es un asco!

Personalmente, opino que a los únicos que les quedan bien los pelos en la espalda son a los orangutanes que hay este blog. Y a los primates en general. Los no Homo Sapiens Sapiens, claro.

Pero... ¿no hay un tufillo a injusticia en todo este asunto?

Digo: Si nosotras tenemos tantas obligaciones estéticas, porque nos lo demanda el mercado, el trabajo (buena presencia), nosotras mismas y ... ¡LOS TIPOS!

¿Porqué no empezamos a exigir lo mismo?

¿Porqué no decirle a alguien que se depile la espalda, si ese mismo no saldría con nosotras si tuvieramos pelos en las piernas o las axilas?

¡Si ese mismo lo comentaría con horror a sus amigos! Un amigo mío tenía una compañera de secundaria que no se depilaba e iba a la pileta. Y todos (secretamente), la llamaban "El Ozito". Así son.

Yo digo que hay que empezar a exigir.

¿No nos gustan los pelos en la espalda? ¡Depilate!

¿Nos da un asquito esa panza enorme, peluda y estéril? ¿Porqué no hacés una dieta? ¡Te preparé una ensaladita! (Para ser más polite).

Con la pelada, lamentablemente no tengo sugerencias. Todo me parece horrible. La pelada y los posibles arreglos. Ahí sí, sólo se puede con amor.

Yo digo que no puede haber solidaridad, comprensión, compañerismo y demás, mientras unos tengan todos los derechos y otras todas las obligaciones.

O los varones empiezan a aceptarnos gordas, con o sin tetas, con o sin culo, flacas, con o sin pelos, pelo corto, largo, rubio, morocho, pelirrojo, natural o teñido,con mucho, poco o nada de maquillaje, con o sin arrugas, con dientes y sin también.

O...

Ellos empiezan a gastar la cantidad de guita, esfuerzo y dolor que gastamos nosotras en ser los que se supone que debemos ser obligatoriamente: Bellas.

He dicho.